Si estás en un estado excesivo de activación que no te deja ser eficiente probablemente es porque no has respetado los tiempos de descanso que necesita tu mecanismo del estrés para regular su nivel de forma adecuada.
Observa este gráfico…
Para conseguir mantenernos en la zona de mayor de rendimiento o de rendimiento óptimo hemos de procurar que el mecanismo del estrés funcione dentro de sus márgenes saludables que serían los siguientes:
1. Activación producto de un acontecimiento o pensamiento.
2. Sostenimiento de la activación hasta la resolución del acontecimiento.
3. Vuelta a la calma. Vuelta a niveles de activación normales.
Si nos sentimos muy activados y dejamos de ser eficientes porque nuestra mente es incapaz de parar y concentrarse, seguramente es porque no nos hemos dado tiempo para la vuelta a la calma y probablemente estemos uniendo unos episodios estresantes con otros sin parar.
Para resolver este problema te recomendamos que organices tu agenda diaria de tal manera que cada dos horas o dos horas y media de trabajo puedas hacer una pausa activa.
Durante esta pausa, que puede ser de un minuto, dos o cinco, en realidad lo que quieras y puedas permitirte, realiza algún tipo de ejercicio que te distraiga y tranquilice a tu mente.
Por ejemplo, un escaneo postural rápido, para lo que no tienes ni que moverte de tu silla. Se trata de detenerte el tiempo que hayas decidido y hacerte consciente de tu postura, observa cómo estás sentada/o en estos momentos.
Explora con atención y sin juicio… y date cuenta de si tu cabeza está alineada con tu tronco, o de si está anteriorizada o atrasada con respecto a él. Observa si esta postura te resulta cómoda, y si no lo es, puedes rectificarla para que así lo sea.
Observa la posición de tu tronco, date cuenta de si tu espalda está recta o curvada y date cuenta de si esta posición es cómoda para ti o podrías modificarla para que fuera más ergonómica.
¿Cuál es la posición de tu cuello? ¿Sientes dolor, tensión o bloqueo? Préstale atención a las sensaciones y deja que se relajen y vayan desapareciendo.
Observa tus caderas, tus piernas y pies, observa cómo se anclan al suelo y como la sensación de tu peso va hacia ellos. Vuelve a repetir todo el proceso de exploración observando si algo ha cambiado sólo por el hecho de “darte cuenta”.
Este ejercicio es de Atención plena y te ayudará a dar frescura a tu atención, aquietar tu mente y mejorar tu concentración.
Si te apetece realizar este tipo de ejercicios con un audio, puedes encontrar este recuerso en nuestra web en el siguiente enlace https://www.zenworking.es/audios-quiero-aprender
También son recomendables ejercicios cortos de respiración, que serán los protagonistas de nuestro próximo TIP SALUDABLE.
Te animo a empezar a entrenarte, ¡Practica ZENWorking!!
Carmen Castro Torres
Experta en técnicas de gestión del estrés y trastornos del sueño.
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