¿Has pensado alguna vez en qué pasaría si el acto de respirar dependiera de ti? ¿Cuántas veces se te habría olvidado hacerlo?
En la respuesta fisiológica de estrés, el cerebro reptiliano tiene un gran protagonismo ya que es el sistema que controla los músculos, el sistema vesticular, y las funciones autónomas como la respiración, el ritmo cardiaco, la digestión y aquellas que no requieren un control consciente.
Si te fijas, la respiración es la única función del sistema autónomo sobre la que podemos actuar conscientemente. Por eso, manejarla bien va a ser fundamental para la gestión del estrés.
¿Y cómo podemos hacerlo? Poniendo consciencia en el acto de respirar, empezar a respirar en nuestro día a día de una forma más consciente.
Si respiras profunda y lentamente, le estas enviando al sistema reptiliano una señal de calma y tranquilidad que sin duda te va a ayudar a regular tu estrés. Todo lo que sucede en la mente influye en la respiración y viceversa.
Por esto el pulso aumenta y la respiración se agita cuando estamos excitados y por lo mismo la respiración es profunda y el pulso es lento cuando estamos relajados.
El primer paso para poder utilizar la respiración consciente a nuestro favor, es saber cómo respiras y para ello voy a compartir contigo algunas de las pautas que Scott Shaw en su libro "El pequeño libro de la Respiración, nos aporta.
Te invito en este instante a que cierres los ojos y observes tu respiración natural mientas contestas mentalmente a las siguientes preguntas:
¿Estas inspirando a través de la nariz o de la boca?
Si respiras por la boca, no le estás permitiendo al cuerpo que filtre y purifique de forma natural el aire y los contaminantes que no son filtrados por la nariz, acaban en los pulmones.
Si este es tu caso, te recomiendo que en cuanto te des cuenta, vuelvas a poner consciencia en inhalar por la nariz, poco a poco tu cuerpo se ajustará a la forma más sana de respirar.
Cuando inspiras,¿ tu pecho y tu estómago se expanden o se encogen?
Lo correcto es que se expandan al inhalar y se contraigan al exhalar, obsérvalo y corrígelo si fuera necesario.
Cuando inspiras ¿el aire llega hasta tu abdomen o se queda en tu pecho? Si con tu inspiración el aire solamente llega hasta el pecho, no estas permitiendo que el Prana (la energía vital) vigorice tu cuerpo y tu mente y es posible que te notes apático y como si te faltara energía.
Esto se corrige observando tu respiración a lo largo del día varias veces y procurando que la respiración sea más profunda, llegando hasta el abdomen.
Para observar cómo lo haces, te puede ayudar tumbarte boca arriba, pon un libro sobre el abdomen, si estás respirando bien notarás fácilmente cómo se eleva y cómo desciende.
Esta manera de respirar conocida como respiración diafragmática es la que te va a ayudar a regular los niveles de estrés.
¿Qué sientes cuando el oxigeno entra y sale de tu cuerpo? Si pones consciencia podrás percibir de qué manera tu cuerpo va respondiendo y cómo tu estado emocional va cambiando.
Con la práctica serás capaz de observar si estás necesitando una respiración para calmarte o estás necesitando activarte y subir tu energía, en cualquier caso te animo a que a lo largo del día prestes atención a cómo respiras.
Procura inhalar por la nariz llevando el oxigeno hasta el abdomen y de esta manera contribuir a que tu cerebro entienda que no necesitas "que dispare la alarma" al respirar de esta manera le estás diciendo a tu cerebro reptiliano que todo está bien y te puedes relajar.
¡Invierte en tu bienestar, practica ZENWorking!
Elena Mendoza de la Fuente
Coach y Formadora Experta en Gestión del Estrés
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