¡Oh sueño, dulce sueño! Amable nodriza de la naturaleza, tanto te asusté que ya no quieres cerrar mis párpados con tu peso… W. Shakespeare
El sueño es un proceso complejo y variado regulado homeostáticamente que se articula junto con el estado de vigilia mediante un ciclo circadiano vigilia-sueño de unas 24 horas. Es un proceso activo y periódico necesario y fundamental para la vida.
El sueño es una actividad necesaria para la supervivencia del organismo y aunque aún no se saben las causas exactas de su por qué, lo que sí se sabe es que tiene la función de servir como reparador para nuestro cuerpo y cerebro del desgaste derivado de las actividades diarias. Tiene una finalidad restauradora y homeostática, y es esencial para la conservación de la energía y la termorregulación.
No podemos concebir un estado de salud óptimo sin un adecuado sueño reparador. Salud física y mental van unidas a la calidad de nuestro sueño. Tal es la importancia del sueño que se ha constatado que su privación durante una serie de días puede conducir incluso a la muerte.
Los síntomas externos del déficit de sueño son claros, expresión facial de cansancio, poca vitalidad, ojos enrojecidos, somnolencia, bostezos….El carácter también se altera normalmente manifestándose con muestras de irritabilidad, además aparecen síntomas de falta de atención, dificultad de concentración y memoria deficiente. No debemos olvidar que la carencia de calidad en nuestro sueño conlleva comorbilidad con patologías importantes.
Hoy en día el número de personas que sufren trastornos del sueño es alto y resulta difícil encontrar una patología médica que no implique el patrón de sueño. El sueño no se puede desligar de la vigilia, por lo que, será normal que, de “como vivamos el día…así vivamos la noche”. No olvidemos que uno de los “males” de nuestra sociedad es el dis-estrés, y éste, sin lugar a dudas, se traslada a la noche, dificultando la posibilidad de tener un sueño reparador.
Es complejo medir de forma objetiva la calidad del sueño, sobre todo, porque hay un factor importante que la condiciona, y éste es un factor subjetivo, y es la percepción del propio individuo. Con independencia de esto se van a tener en cuenta aspectos que están implicados en ello como son: la duración, latencia, la sensación de sentirse descansado y con energía suficiente al levantarse. Esta sensación no siempre va pareja con el número de horas de sueño.
Diversos estudios realizados determinan que la trascendencia de los trastornos del sueño puede alcanzar a un 30% de la población. Este hecho pone de manifiesto la necesidad de tomar conciencia sobre el problema, la necesidad de su medición y la de hacer cambios y usar técnicas que ayuden a personas con esta patología a recuperar la calidad de su sueño.
En cuanto a la medición se utilizan cuestionarios, en general, cuyas preguntas las responde el individuo haciendo referencia a sus impresiones sobre su sueño durante el último mes. Para una valoración más certera se incluyen también preguntas al cónyuge o compañero/a de habitación. Los ítems hacen referencia a factores determinantes como calidad del sueño, latencia del sueño, duración del sueño, eficiencia del sueño, alteraciones del sueño y disfunción diurna. Dos de los más utilizados son el PSQI yISI81.
¿Por qué utilizar MF con personas con insomnio?
Hoy en día, son muchos los estudios que versan sobre la eficacia del MF para la adecuada gestión del estrés. No olvidemos que uno de los factores condicionantes del sueño nocturno, es el exceso de estrés diurno mal gestionado. El mecanismo del estrés está directamente relacionado y gestionado por el Sistema Nervioso Simpático (SNS), mientras que el sueño depende del Sistema Nervioso Parasimpático (SNP). Ambos funcionan como acelerador y freno. No pueden entrar en funcionamiento o “en buen funcionamiento” a la vez. Por tanto, cuando sufrimos de un estrés descontrolado o crónico nuestro SNS está siempre en funcionamiento “no desconectándose” ni siquiera por la noche para permitir que entre en funcionamiento el SNP, lo que impide que podamos tener un sueño reparador.
En consecuencia, si actuamos durante el día utilizando técnicas de MF que nos ayuden a gestionar mejor nuestro estrés diurno, eso se va a trasladar a la noche reduciendo nuestro trastorno del sueño y mejorando la calidad de éste.
Carmen Castro Torres
Experta en trastornos del sueño y Mindfulness para la salud
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