2020 nos trajo una pandemia mundial y un nuevo orden en el trabajo. Muchos tuvimos que acostumbrarnos a trabajar desde casa, algo que en algunos casos se tradujo en mayor estrés laboral. ¿Por qué? Porque no es tan fácil desconectar y en demasiadas ocasiones se hacían horas extra.
Sin embargo el estrés laboral no es un aspecto nuevo entre las empresas. En esta guía que hoy te traemos os compartimos los aspectos esenciales que debes conocer para identificarlo en ti o en tus equipos y como combatirlo.
Que es el estrés laboral
Según la Organización Mundial de la Salud – OMS, el estrés laboral:
"Es la reacción que puede tener el individuo ante exigencias y presiones laborales que no se ajustan a sus conocimientos y capacidades, y que ponen a prueba su capacidad para afrontar la situación".
El estrés es la segunda causa de baja laboral en la Unión Europea, afectando anualmente a cuarenta millones de trabajadores y suponiendo para sus países miembros un coste de veinte mil millones de euros al año en gastos sanitarios, sin contar la pérdida de productividad.
Según la Fundación Europea para las Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo un 28% de los trabajadores europeos padece algún tipo de estrés laboral.
Hay que hacer notar además el factor doble presencia, por el que las mujeres, aparte de realizar su trabajo fuera de casa, suelen realizar y se responsabilizan de la mayor parte del trabajo familiar y doméstico. Esto puede conllevar que las mujeres sean más propensas a sufrir estrés laboral que los hombres.
Llamamos estrés laboral a un conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento del trabajador a ciertos aspectos adversos o nocivos del contenido, el entorno o la organización del trabajo.
Causas estrés laboral
Se podrían mencionar algunas causas del estrés laboral:
Las expectativas económicas, salario insuficiente
La presión por parte del empresario, mobbing o acoso laboral
Las actividades de gran responsabilidad
Las funciones contradictorias del trabajador
Motivaciones deficientes
La ausencia de incentivos
Los conflictos entre empleados o empresarios
Cargas excesivas de trabajo
La exposición a riesgos físicos constantes
Jornadas de trabajo excesivas
Ritmo de trabajo acelerado
La preocupación por el despido
La falta de posibilidades para conciliar la vida laboral con la personal
El factor tiempo: En también muchas ocasiones se da el caso de que las tareas necesitan ser ejecutadas en tiempo récord. A veces porque no nos organizamos bien y se nos echa el tiempo encima y otras veces porque son tareas urgentes e inmediatas que hay que tener para nuestros jefes lo antes posible. Lo que hay que hacer es tener en cuenta de si la tarea requerida va a poder ejecutarse en el tiempo que nos lo piden. Si no es así, pedir ayuda es algo que no sólo no es malo sino que además aligera nuestra carga mental.
La autoexigencia: Tratar de tener todo ya es algo que en ocasiones más que nuestros responsables o jefes nos lo exigimos nosotros mismos. No nos damos cuenta que nuestro nivel de auto exigencia, si es elevado, puede suponer una carga mayor a las que ya exigen las tareas del día a día.
Las relaciones laborales con el equipo de trabajo: Cuando se producen tensiones o fricciones y trabajamos junto a personas que consideramos no están siendo éticas en su manera de actuar, se produce una sensación de desamparo, agobio y desaliento. También ocurre cuando percibimos cierto acoso laboral. El estrés laboral, en este caso, se presenta como un factor añadido.
Tipos de estrés laboral
Estrés laboral positivo vs. estrés laboral negativo
Los expertos señalan que existen dos tipos de estrés laboral: el positivo y el negativo también conocidos como eustress y distress.
Eustrés o estrés positivo
Nunca lo será si te supera. Se considera con este nombre a ese ligero nivel de estrés que generan situaciones como un reto laboral. También en el inicio de un proyecto en la que la persona se mantiene especialmente en alerta. El límite en afrontar esta situación como un momento positivo y de crecimiento o dejarse sobrepasar depende de distintos factores. Encontrar la motivación para incrementar tus propias capacidades te ayudará que este siga siendo un estrés positivo. Un coach laboral puede ayudar a que las personas en una situación determinada tomen la actitud que les ayude a mantenerse en una situación de estrés positivo sin verse sobrepasadas.
Distrés o estrés negativo
Cuando la situación te supera estamos hablando de estrés negativo. Esto puede llegar a ser muy negativo porque no termina al terminar el horario de trabajo. Este estrés se lleva a casa y a todas las demás parcelas de la vida de la persona. Existen distintos tipos de estrés laboral y no todos son igual de graves. ¿Sabes qué es el estrés emocional? Este puede ser muy dañino y complejo, y es el que tiene lugar cuando hay mala relación con un compañero superior y discusiones continuas. Este puede llegar a afectar al individuo de tal manera que incluso en periodos vacacionales o de descanso se sufre. Otros tipos de estrés como el relacionado con grandes cargas de trabajo pueden afectar más a nivel físico, pero también es más fácil superarlos.
Consecuencias del estrés laboral
Las consecuencias del estrés laboral se dan tanto en la empresa como en los propios empleados.
Consecuencias del estrés laboral en los empleados
Los empleados afectados por estrés laboral pueden llegar a sufrir tanto consecuencias físicas como psíquicas.
PRINCIPALES CONSECUENCIAS PSÍQUICAS DEL ESTRÉS LABORAL EN EMPLEADOS
Deterioro cognitivo
Dificultad para concentrarse
Ansiedad y/o depresión
Dificultad para tomar decisiones
Trastornos del sueño o dificultad para conciliar el sueño (insomnio)
Trastornos sexuales
Deterioro de las relaciones personales
Aumento de conductas perjudiciales para la salud
Síndrome Burnout
PRINCIPALES CONSECUENCIAS FÍSICAS DEL ESTRÉS LABORAL EN EMPLEADOS
Problemas o alteraciones cardiovasculares
Alteraciones dermatológicas
Alteraciones corporales a nivel muscular y óseo
Alteraciones de tipo digestivo
Alteraciones del sistema inmune
Alteraciones del sistema endocrino
Consecuencias del estrés laboral en las empresas
Una empresa en condiciones de estrés laboral afectará sus resultados productivos, y va a ser menos competitiva en el mercado. Estos aspecto se puede observar en las siguientes consecuencias:
Mayor absentismo
Menos dedicación al trabajo
Mayor rotación del personal
Fallas en el rendimiento y productividad
Aumento de actividades inseguras y accidentes
Mayor cantidad de quejas por parte de clientes.
Fallas en el reclutamiento de nuevos empleados
Problemas legales
Deterioro de la imagen de la empresa ante el público
Cómo combatir el estrés laboral
El primer paso es saber reconocer el estrés laboral. Muchas veces no es fácil ya que el empleado entra en una vorágine de alto flujo de trabajo y arrastra con molestias físicas o psíquicas como las del apartado anterior casi sin darse cuenta. De ahí la importancia de que no recaiga toda la responsabilidad de su bienestar en los empleados. Los programas de bienestar laboral en las empresas son una herramienta que ayuda tanto a combatir como a prevenir el estrés laboral.
Cómo prevenir el estrés laboral
Los propios empleados pueden seguir una serie de consejos sencillos para prevenir el estrés, como son:
Hacer ejercicio y mantener un buen estado físico.
Llevar una dieta equilibrada.
No trabajar más de 10 horas al día.
Dormir un mínimo de 6 horas.
Reservar uno o dos días a la semana para desconectar totalmente de las tareas rutinarias.
Planificar unas vacaciones al año.
Discutir sobre tus problemas con gente de confianza.
Cómo gestionar el estrés laboral
Por mucho que nos guste nuestro trabajo, no hay duda de que puede ser fuente de estrés. El estrés, como cualquier otra emoción, es adaptativa. Se trata de una respuesta fisiológica, psicológica y conductual que nos ayuda a adaptarnos a presiones internas y externas.
Es decir, el estrés es la forma que tiene nuestro cuerpo de hacer frente a la situación, a mantenernos activos y despiertos para que no bajemos la guardia y concentremos todos nuestros recursos en conseguir llevar a cabo la tarea que se nos haya encomendado.
El estrés, como la alegría, como la tristeza o la ira, forma parte de nuestro repertorio emocional y, por tanto, es necesario. El problema viene cuando se mantiene constante por mucho tiempo. Este estrés, ya transformado en ansiedad, puede generar todo tipo de problemas de salud, como problemas de corazón, dolor de espalda, dolores de cabeza, malestar estomacal, depresión, alteraciones del sueño, problemas en el sistema inmunitario, además de volvernos más propensos a sufrir accidentes en el trabajo.
Las causas de este estrés laboral pueden ser varias pero, claro está, todas ellas dependen de cómo de cómodo se sienta el trabajador en su puesto de trabajo o cómo interactúe con el resto de la organización.
Y, claro está, tener problemas con otros trabajadores, como los compañeros y, en especial, el jefe, son fuentes comunes de estrés.
Lo primero que se debe entender de intentar gestionar el estrés laboral es que no existe una fórmula mágica que lo solucione de repente. Esto es como todo en la vida: se debe ser constante.
Aplicar de forma rutinaria las siguientes estrategias es la mejor manera de ir reduciendo el estrés del trabajo. Así, no únicamente nos sentiremos mejor y no estaremos tan quemados con el trabajo sino que, además, , algo que nunca está de más.
1. Planificarse el trabajo
Desorganización y estrés van de la mano. Cuando no nos planificamos, todas las tareas que nos hayan mandado se van acumulando o las acabamos entregando fuera de plazo. La mejor manera de gestionar o, directamente, evitar el estrés, es planificarse.
Esto de planificarse el trabajo puede parecer una obviedad pero... ¿cuántos de nosotros tenemos un “planning” de cuándo debemos hacer cada tarea? Gestionarse el tiempo, sabiendo cómo, cuándo y en qué lo empleamos es la mejor manera de evitar que a último momento tengamos que hacer todo lo que se suponía que deberíamos haber hecho durante las últimas semanas.
2. Marcarse objetivos
Todo trabajador es eficiente en la medida que se marque unos objetivos y metas realistas, y las consiga alcanzar. Es mucho más preferible el ponerse unos objetivos pequeños, alcanzables a corto y medio plazo, que no grandes objetivos que se tienen que cumplir dentro de seis meses.
Además, enfrentarse a nuevas metas de forma frecuente es una muy buena estrategia para mantener nuestra motivación y satisfacción laboral, dado que a los humanos nos gusta la novedad.
3. Ser asertivo
A veces, lo que nos causa estrés en el lugar de trabajo no es el trabajo en sí, sino el lugar y las personas con las que tenemos que estar. Puede ser que en la oficina el aire acondicionado esté a una temperatura gélida o subsahariana, haya mucho ruido, los compañeros se cuenten chistes y rían a carcajada suelta…
Todos estos factores, que no están directamente relacionados con el trabajo y que pueden parecer muy nimios, pueden afectar nuestro bienestar en caso de molestarnos mucho. Menor bienestar se traduce en una menor productividad, algo que ni a nosotros ni a la empresa le interesa.
Es por esto tan importante ser asertivo y comunicarle a la persona que corresponda acerca de esto, a ver si puede ponerle solución. Es muy importante decir, de buenas maneras, que estas molestias, por muy pequeñas que puedan parecer, están repercutiendo negativamente en nuestro desempeño laboral.
4. Aprender a decir no
Muchas veces, ya sea por presión social o porque somos unos “buenazos”, aceptamos tareas que no nos corresponden, como ayudar a un compañero a acabar un informe o hacer horas extra para acabar algo que, en realidad, debería hacer otro.
En la medida en la que esa tarea realmente no nos corresponda hacerla y que podamos evitar hacerla sin que nuestro puesto esté en peligro, es totalmente recomendable aprender a decir no.
Es evidente que en el puesto de trabajo los compañeros no son solo eso. En toda empresa en la que haya una buena dinámica y cultura laboral, los trabajadores pueden ser amigos y disfrutar de su tiempo libre juntos. Sin embargo, eso no es motivo para permitir que los demás se aprovechen de nosotros y nos carguen con sus tareas.
5. Desconectar
Estar sentado en una silla y mirando una pantalla durante horas no es cómodo. Tampoco lo es tener que estar reponiendo las despensas de un supermercado o cargando sacos en la obra. Sea como sea el tipo de trabajo que hagamos, queda claro que el trabajo repetitivo y monótono nos agota mental y físicamente.
Una buena forma de romper con la monotonía es buscar momentos en los que podamos desconectar, aunque sea brevemente. Podemos estirar las piernas, ir a por una infusión, hablar con un compañero sobre un tema no relacionado con el trabajo… son formas para despejar nuestra mente del estrés.
6. Relajación
Una de las mejores formas de combatir el estrés es la relajación. Estando en el puesto de trabajo, es muy importante conseguir encontrar un momento en el que podamos tomarnos un tiempo para nosotros y nuestra mente, despejar y liberarla de la carga de la jornada laboral para, así, poderla continuar de la mejor manera posible.
Existen infinidad de técnicas de relajación que no requieren de muchos materiales, como el yoga, la meditación guiada y técnicas tales como la relajación progresiva de Jacobson o el Mindfulness. Todas estas estrategias para relajarse son ideales porque nos ayudan a tener una mayor capacidad de autocontrol y gestión de las emociones.
También es muy importante controlar la respiración, inspirando pausada y profundamente, varias veces. Así haremos que el corazón lata más lento, se reducirán los niveles de ansiedad y nuestra mente estará más calmada.
7. Ejercicio
El estrés puede hacer que nos sintamos muy tensos, algo que necesitaremos liberar como sea y qué mejor manera de liberarlo que haciendo ejercicio. Hacer ejercicio es, junto con la relajación, la estrategia antiestrés por excelencia.
Hacer deporte de manera regular hace que se liberen endorfinas, hormonas las cuales tienen una gran importancia para nuestra salud física y mental, dado que nos inducen a una gran sensación de bienestar
Además, el ejercicio hace que tengamos más facilidad para conciliar el sueño por la noche, haciendo que nos enfrentemos al día siguiente con energía.
8. Dormir bien
La mejor manera de hacerle frente a nuestro cada día laboral es durmiendo bien. No se puede esperar dar el 100% de nosotros mismos si hemos tenido un sueño muy pobre.
Dormir menos de 6 horas, irse a dormir más tarde de las 12 y tener un sueño muy ligero es fatal para nuestro rendimiento laboral.
Debido a esto, cuando nos encontremos en el puesto de trabajo y vemos que no podemos hacer lo que se nos pide rápido y bien, nos sentiremos muy frustrados, y es entonces cuando viene el estrés laboral.
Una de las mejores maneras de evitar que nuestro sueño sea de mala calidad es restringiendo el uso de dispositivos electrónicos, especialmente móviles, ordenadores y televisión. Se ha demostrado que usar pantallas durante las dos horas anteriores a que nos vayamos a la cama afectan a nuestra capacidad para dormirnos rápidamente.
9. Reducir sustancias estresantes
La cafeína, el alcohol y el tabaco son sustancias inductoras del estrés. Si bien de las tres la cafeína es la más sana, es, a su vez, la que más ansiedad puede producirnos.
10. Cuidar la alimentación
El dicho de “eres lo que comes” se aplica para absolutamente todo, y el estrés no iba a ser la excepción. Además de lo que ya hemos comentado con la cafeína, el tabaco y el alcohol, existen alimentos que son inductores de la ansiedad. Es por ello que llevar una alimentación sana ayuda a combatir y evitar el estrés.
Se recomienda evitar las comidas pesadas, especialmente a la hora de la cena. También es importante comer cinco veces al día dado que de esta manera el cuerpo no tendrá tanta presión a la hora de metabolizar lo consumido, teniendo más energía y rindiendo más. Y es muy importante también tomar 5 piezas de fruta y verduras cada día.
Cómo superar el estrés laboral
Superar el estrés laboral requiere de tiempo y dedicación. Las empresas que cuentan con un programa de bienestar laboral tienen menos tasas de estrés entre sus empleados ya que estos tienen las herramientas necesarias no sólo para combatir sino para prevenir el estrés.
Baja por estrés laboral
Cuando todo ha fallado la consecuencia más grave es aquella en la que inevitablemente el empleado tiene que recurrir a solicitar una baja por estrés laboral. En ese tiempo podrá implementar buenos hábitos que le ayuden en su vuelta al trabajo de tal forma que prevenga el estrés de manera autónoma.
Desde ZENWorking trabajamos con empresas de todo tipo ayudándolas a crear equipos preparados para la gestión del estrés. Gracias a nuestros programas los empleados son capaces de prevenir o combatir el estrés. Contáctanos y te informaremos.
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